Assouline 
Marrakech Flair

Se dice que Marrakech despierta todos los sentidos. Ya sea al contemplar los intrincados azulejos de zellige, al oler las especias que se venden en los zocos, al oír la llamada a la oración desde las mezquitas cercanas, al tocar el flexible cuero con el que se fabrican las babuchas (sandalias de cuero) o al degustar un sabroso tagine, Marrakech nunca deja de cautivar. Situada al oeste de la cordillera del Atlas, la ciudad lleva siglos habitada por agricultores bereberes. A menudo se la llama la "Ciudad Ocre" por sus edificios de arenisca roja y las murallas rojas que rodean la Medina, donde se encuentra Jemaa el-Fnaa, una de las plazas más concurridas de África. Marrakech rebosa cultura e inspira a los visitantes desde hace décadas. De Yves Saint Laurent a Talitha Getty, de Winston Churchill a Mick Jagger, grandes iconos se han sentido atraídos por la ciudad. La íntima conexión de Yves Saint Laurent con Marrakech propició la apertura de un museo dedicado a su legendaria obra. El Festival Internacional de Cine de Marrakech atrae anualmente a invitados destacados, mientras que los museos exhiben arte marroquí, fotografía, alfombras y el diseño andalusí que influye en la arquitectura de la ciudad. El histórico hotel La Mamounia, inaugurado en 1923, ha acogido a huéspedes de renombre como Winston Churchill. El Fenn, de Vanessa Branson, una colección de riads tradicionales, ofrece una impresionante experiencia de hotel boutique. Hay innumerables formas de sumergirse en la cultura de Marrakech, pero quizá el mejor lugar para empezar sea con un simple vaso de té a la menta.

Edición en inglés.

- Tamaño: 10 x 13 pulgadas, 304 páginas con más de 200 imágenes e ilustraciones.

Texto de Marisa Berenson:

- Apodada la "It Girl" por Yves Saint Laurent a principios de la década de 1970, Marisa Berenson es la musa moderna original. Pasó al mundo de la interpretación, con actuaciones deslumbrantes en películas emblemáticas como Cabaret, dirigida por Bob Fosse, y Barry Lyndon, de Stanley Kubrick. Es autora de varios libros. Berenson se enamoró de Marrakech hace ocho años y, tras encontrar el riad perfecto, decidió llamarla su hogar.