El retinol es uno de los ingredientes antiedad que más se han investigado. Esta forma de vitamina A favorece la regeneración de la piel y actúa como refuerzo energético para los fibroblastos, unas células esenciales para la formación del tejido conjuntivo. Los fibroblastos estimulan la producción de colágeno y elastina, lo que hace que la piel no solo tenga un aspecto más uniforme, sino también más joven y radiante. El retinol supone un antes y un después para las pieles maduras, pero también beneficia de forma visible las pieles jóvenes, ayudando a prevenir las impurezas, las cicatrices y los daños causados por el sol. Es importante señalar que el retinol debe aplicarse por la noche, ya que este ingrediente activo es fotosensibilizante, por lo que es imprescindible protegerla con un factor de protección alto durante el día. Si es la primera vez que vas a usar el retinol, comienza con una dosis baja de entre el 0,1 y el 0,3 %, y ve aumentándola gradualmente conforme tu piel se vaya adaptando a sus efectos. Si estás embarazada o dando el pecho, consulta a tu médico o dermatólogo antes de usarlo.
